Lo que nunca se borra de la memoria ya se aleja

Lo clarito que hace tictac el reloj en la pared silenciosa,

Parece insinuar la continuación del avance de la época,

Las campanadas se tocaron en el momento justo al fin del año que pasaba,

Y la nieve, volando todo el cielo blanqueó la tierra entera,

Parecía intentar engrosar la cubierta fría
Por encima del brote inicial de la Primavera.

Así como siempre de los años pasados,
El calendario ya se renovó la página,

Y se repite de igual manera:
Tanto a lo pasado la despedida 
Como a lo renovado la bienvenida.

Aquel terreno remoto a que echo tanto de menos en la vida,
Ya me va opacándose junto con la preocupación propia,
La cual el tiempo a lo lejos ya se la lleva.

No sé si tu mirada sería aún igual que la mía ahora
Quedando tan aturdida como pensativa,
Haciendo ampliar toda la ingenuidad en la memoria,

Y remontándose a la juventud
Que por viento ya se nos aleja.

Parece re-asomarse el crepúsculo arrebol de aquel día:

La llama mortal se proyectaría
En tu cabello elegante de poco ordenado
Que ya no más negro se presentará.
El suceso de las olas espumosas seguiría besando las arenas de la playa,

Donde ya nunca aparecerá tu presencia
Divirtiéndose entre una y otra.

Tampoco se oirán tus gritos alegres al coger tú las conchas,

Ni siquiera se verá tras la figura de tu espalda las huellas,

Que tú pisarías tan superficial como profunda.
，
Recordando aquel pleno verano todavía,

Entonces las lágrimas se vuelven a opacarme la retina,
Llenándome la memoria de tu contento con la flor te cogía.

Nunca se borra de mi cabeza el momento
En que se te llenaron las lágrimas en los ojos mojando tu cara,

Mientras me despedías rumbo la lejanía,
Con tu mirada preocupada,

Que, sin duda,
Encerraba tantas quejas para rociarme en un día,
Cuando hacia ti yo regresara.

Todavía pienso en retornar al rincón remoto donde quedó tu casa,

Y en visualizar de nuevo el crepúsculo al ponerse el sol al pie de aquella montaña lejana,

Y en tenernos cita una vez más al lado del sendero o del puente en el pleno verano;
Y en volvernos a cruzar aún el riachuelo cuyo corriente siempre salpicaba contra rocas sonando como furia.
No sé si aún me dejarás secar 
Las lágrimas que se te molestaran la mirada.

Pienso en peinar de nuevo tu cabello lindo ya mezclándose de cana.
Y en mimarte más aún
Hasta que rompas a reír en tus lágrimas.

Me sospecho
Si ya no más te burles de las mismas tonterías
Que yo volvería a cometer todavía:

Que me dejes hoy re-intentar 
La preocupación íntima
Que me avergoncé a expresarte en aquella época,

Y que jamás se vuelve vaga por tiempo que pasa.
Y más algo romántico todavía 
Que nunca te relevaba de mi corazón por falta de confianza...