Hace cien noches que no duermo

Esteban Mario Couceyro



Hace cien noches, que no duermo y te digo que escribo un cuento de enamorados, pero solo me siento vigilando tu sueño, durante horas te veo dormir.

De lado, sobre la almohada tus cabellos semejan las olas del mar. Recuerdo esos días que sentados en la playa, solo mirabas la lejanía y callabas tantas cosas.

 

El cuello y la cara, semejan la costa de infinitos médanos, por donde regresábamos al atardecer.

Hace tanto que no duermo, mientras te miro insinuada en ese cielo de sábanas y pienso en cuantas veces me cubrió generoso en infinitos horizontes de rojizos finales.

 

Te dije, que el cuento sería de amor, de un hombre acorralado en el tiempo, que no atina a transitar lo que resta de vida y se detiene a observar lo tantas veces amado, sabiendo de antemano que ya lo ha perdido.

No he podido escribir nada, cada noche…, ese papel queda en blanco y mi mano tiembla al dejar la lapicera, mientras comienzo a mirarte.

 

Algunas noches, veo como sonríes en sueños que no participo, en sueños que celo crispando mis sentimientos. Otras veces me acerco insinuando un beso que no llega y tu expresión se altera en una leve sonrisa y esa sí es mía.

 

Esta noche, he comenzado a escribir, “Hace cien noches que no duermo...”, terminaré el cuento de amor y a la mañana, lo leerás  sabiendo el secreto, de esas noches que me detengo y no vivo, ante el temor de perderte.

 

 

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Comentarios3

  • El Hombre de la Rosa

    La hermosura de tus bellas letras asombran a la prosa que las admira estimado amigo Esteban..
    Un placer pasar por tu portal..
    Feliz año nuevo...
    El Hombre de la Rosa

    • Esteban Mario Couceyro

      Gracias amigo Críspulo, por tus generosas palabras.
      Que este año nuevo, te colme de felicidad.
      Esteban

    • C. Eduardo Barrios (Ex-Toki)

      Te miro.

      Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo, aunque en este momento tengas la expresión enojada, probablemente por mi intensa manía de tocarte el pelo. Tengo miedo de que te despiertes y me preguntes: ¿Qué hacés? Tengo miedo de que me lo preguntes porque realmente no sé qué hago tocándote el pelo hace más de media hora. Creo que es una necesidad, sabés, la de tocarte, digo. Es como si el cuerpo me doliera si no lo hago.
      Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo. Yo sé que no conozco todo el mundo, pero tampoco me hace falta. Una puede percibir bastante el mundo sin conocerlo. ¿Viste esos días en los que te levantás triste y no sabés decir la razón? Bueno, yo estoy segura de que es el dolor del mundo que cada tanto se nos cala en los huesos. El dolor es tan fácil de sentir... con el amor la cosa es un poco diferente. Difícil, sí. Porque los malos momentos vienen solos y de repente, pero el amor se construye y lleva tiempo. Debe ser el amor el que me hace verte como la persona más linda del mundo, aunque no lo conozca. Al mundo, digo. Del amor escuché algunas cosas, sabés.
      Que duele.
      Que es mutuo.
      Que si no es mutuo, se parece al amor, pero es otra cosa.
      Que se termina, a veces.
      Que te da sensaciones raras en la panza.
      Que nunca te completa, pero sí te parte.
      No tiene buena fama el amor, pero todos lo buscan.
      Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo. Y que si no lo fueras, igual te querría durmiendo al lado, por hacerme sentir que lo sos. Queda cursi, sabés. Pero a veces hay que ser cursi, digo. Porque de todas las millones de personas que están existiendo, vos sos la que me moviliza. Y en este momento, sabés, ahora, digo, sigue habiendo enfermedades, guerras, muertes, balas, policías reprimiendo, políticos estafando, pibes robando cosas que no querían robar, pibes disparando a personas que no querían ser robadas, sigue habiendo pibas secuestradas, y millones y millones de tipos y tipas infelices, asfixiados en una vida que los va a matar de angustia, si no es que los y las matan antes las pastillas que consumen para tapar esa angustia. Sigue habiendo corrupción, xenofobia, pedofilia, homofobia. Sigue habiendo injusticias. Sigue habiendo todo, pero te miro dormir y yo me olvido. Por un rato, el mundo se vuelve un lugar habitable. Para ser honesta, hermoso. Hasta pienso que quizás tu ceño fruncido no sea producto de mi insistencia con tocarte el pelo, sino la manera inconsciente que tenés de estar en desacuerdo con lo horrible del mundo. Y sonrío, triste. Me pregunto cómo hacés vos para olvidarte un rato del mundo cuando no tenés la suerte, la increíble suerte, de verte durmiendo.
      MAGALI TAJES

      Un abrazo afectuoso Esteban

      • Esteban Mario Couceyro

        Intenso y abarcativo viaje de esta artista, donde utiliza al amor como epicentro radiante de su concepción del mundo visible. Muy bueno por cierto.
        En el caso de mi personaje, si bien toma a su amada como epicentro, lo hace en un contexto intimista, denotando la fragilidad de si mismo ante la finitud de su existencia. Obsesivamente pretende detener el tiempo, en el exíto frágil del amor, según su percepción.
        La sociedad, es un cuasi manicomio, de pequeñas patologías...
        Un abrazo de año nuevo (no te preocupes, hay tiempo para arruinarlo).
        Esteban

      • Beatriz Blanca

        Un relato lleno de sombras y temores que salen frente a esa imágen femenina que duerme sin percibir otra presenci. Un observador profundo pero poco arriesgado.
        Un gusto leerte Esteban.
        Saludos y Feliz Año

        • Esteban Mario Couceyro

          Alguien que no quiere romper el hechizo, el equilibrio, la realidad. Alguien que desesperadamente, naufraga en sí mismo.

          El gusto es mío, querida amiga, mis deseos para este año, es que la fortuna (sobre todo la del alma), no falte.
          Esteban



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