Ya sé vivir sin ella.
Ya tengo edificada una hermosa rutina
que cubre mis minutos con precisión de agenda.
El cine, los ensayos, las horas de trabajo,
la lectura, el gimnasio, la música, internet,
la cena con amigos y algunas cosas sueltas
saturan mi almanaque con rigor cronográfico.
Las horas de la noche que pasábamos juntos
han sido reemplazadas muy ventajosamente
por las series de Netflix. Ahora soy más culto.
Sólo extraño un poquito, en ciertas ocasiones,
su voz…
Mi novela judía que tenía estancada
está creciendo a resmas. Y ese libro espantoso
que nunca terminaba ya tiene su lugar
preciso, inexorable,
en la rigurosa economía de mi reloj.
Como estoy dedicando más horas al trabajo
mis ingresos subieron notorios y evidentes.
Ahora puedo comprarme muchísimas más cosas
que ya no necesito…
Ahora ya sé que puedo inequívocamente
vivir sin su sonrisa. Sin sus ojos de cielo.
Sin su conversación. Sin su presencia.
Sin sus brazos. Sin ella. Sin su amor.
Pero no quiero…
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Autor:
Julián Centeya (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 4 de enero de 2018 a las 13:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
Offline)
Comentarios2
hay muchas posibilidades, sólo me detendré en dos:
- La amabas de verdad, al abandonarte fuistes feliz por la felicidad de ella, por lo que aumentaron las energías .
_ Contrariamente, si no la amabas, te aumentaron las energías que te consumía.
-...
Slds.
Los secretos que esconde la agenda...
Fresco, casi un decalogo de lo que se piensa y nunca se dice...
Felicitaciones Julian...
Gracias !!!!
Gracias. Soy un contador de cuentos....
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