Las abrazo a las tres.
En lo mas triste de mis cansadas
y tristes ojeras.
Una vieja que no puede ya hablar,
pero me mira como queriendome decir algo muy especial.
Y una madre que me dice que todo va a estar bien, que eliga lo que quiera para comer.
Y una hermanita inocente, que no entiende, pidiendome que le compre golosinas.
Es que mi cuerpo escupe sus tripas.
Y cada tanto mis mocos son rojos.
Y terminan siempre en asfalto.
Mi pecho se vuelve angosto.
Y destroza a puntadas mis costillas.
Ya se que me tengo que ir.
Por idiota, por joven, por rebelde.
Y pido perdon.
Por dormirme antes.
Y no verlas quererme.
- Autor: Ezequiel Gonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de enero de 2018 a las 06:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
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