No me va muy bien
cuando empiezo a recordarle,
creo que voy detrás de su recuerdo.
Se ha evaporado y tan lejana la
encuentro, como las flores,
que sembraba en su jardín.
Las nubes la lloran una vez al mes,
mientras en mí todos los días son
de lluvia; me han prometido que
la sequía llegará. Aunque ni el sol
ha venido a hacerme compañía.
Detrás del cristal le dije adiós,
sus párpados habían cerrado aquel
paisaje y como golondrina,
mi Alfonsina, al mar se fugó...
(...) Y desde su partida la casa
vacía grita su nombre, marchitos
son los prados que iluminaba con su voz.
Ahogadas están las penas impregnadas en su locura,
y mi cordura que vuelve a aquel antaño donde aún
estaba yo.
Mientras que el campanear del cielo
tirita como estrella su recuerdo;
yo le prometo algún día volver,
ya sea del piélago, el infinito o una rememoración.
Corro empedernida buscando algún sosiego
para esta ánima mía divorciada de la luz,
que se despide de su Alfonsina que al
Mar de Plata echó su ilusión a andar.
Que sin su candil se había enrojecido
la mar, como chiquillo que llora en soledad
dejando así náufragos los sueños que compartían
devotos del amor, como un amante.
Como los amantes que tenemos que decir adiós,
sellando con promesas la vida.
- Autor: Sue P (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2018 a las 13:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
Comentarios1
Como el sosiego que buscan las palomas volando y dejando el suelo, una utopía pensando en lo fuerte que está temblando.
muchas utopías tropiezan en tropelías.
Saludos Sue p
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