Por fin se consumó el acto más humano,
por fin le saqué la vuelta a la muerte,
por fin olvidé lo que era solo quererte,
por fin me comí hasta la palma de tu mano.
Y las flores nacieron y los cantos cantaron,
las mariposas volaban dentro en mis adentros,
te volviste esa noche el centro de mis centros,
y todos los dolores de repente me se olvidaron.
Es verdad que no hay fecha que no llegue,
es verdad mi inexorable soledad,
es verdad aquello que no entendía.
Por más flores y cantos que yo entregue,
y me produzca extraña felicidad,
sé solo son mariposas de un día.
- Autor: José L. Raguarez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2018 a las 05:46
- Comentario del autor sobre el poema: Como el último deseo del condenado a muerte.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios1
Quisieramos fuesen mariposas eternas,
saludos,
asì es... Saludos =)
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