Detesto estas cuatro paredes,
que hieren mi audaz valor.
Detesto estas gentes
como aquel que nunca rozó el amor.
Como aquel que acuchilla mi estampa
entre la sociedad y el corazón,
que tiñe mil sendas grises
cruzando el canto del ruiseñor.
Detesto las mentes que me cruzan,
como cuando el mar aúlla la tormenta.
Detesto el pasado que acaricia,
bailando el vals del alma marchita.
Desterradme antes de que llore,
antes que el caballero de manta negra dormitó,
antes de que mi mente esclava
quiera marchar de dolor.
Sin embargo, ya no arde,
mi alma cuyas miradas son eternas,
que mil mundos recorrieran,
sumisas al color de la vida.
Ni el gran Zeus, ni la poderosa Hera,
podrán acallar mi amor de estío,
que busca y busca sediento,
nuevas cadenas de inexplorados ríos.
Detesto mi infancia, la oscura fragancia,
que hizo mi ser tan recíproco a lo normal.
Que al responder a mis burlas que cantan
y al amanecer sólo callan y callan.
Detesto todo lo que aquí me hizo,
excepto a la naturaleza, pues al completo es pura.
Detesto las gentes, las apagadas mentes,
las edificaciones que sólo mienten.
Sólo pido que me envuelva el exilio;
detesto más a tales multitudes,
que tachan peones llamados personas,
salientes de una línea trazada por corruptos.
Que la luz pinte el cielo escondido,
entonces dejaré de detestar este entorno hipócrita.
Que sólo mata alas de ángeles de dones,
y acalla a innumerables espíritus de críos.
Sólo así dejaré de detestar;
vagar en busca del camino.
-AMS.
(Dejaré de detestar,
cuando marche.
Cuando marche del barullo de impurezas,
lirios y rocíos puros encuentra).
- Autor: Abril Lorca Cernuda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2018 a las 13:53
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema, a mi parecer, y junto a algunos más, es de los más extensos y fuertes que he escrito. Ayer tuve un mal día. El poema trata, como bien es observable, las ganas que tengo de irme de mi pueblo. No estoy odiándolo. Es por eso que no he utilizado la palabra odiar. Soy consciente de que tengo mucha suerte, mi entorno y mis condiciones comparados con otras personas. Es por eso que quiero eliminar la palabra comparar. El mundo se basa en comparaciones, y el poema se basa en estas observaciones. Ojalá muchos más tuvieran la solidaridad en las venas y fueran menos crueles. Que la sociedad dejara de dividirse en escaños. Y...ya está. Creo que se puede cambiar. Un poco al menos. Pero para ello...me libero. Me gusta el resultado. He tardado mucho en publicar y tal vez por eso no me voten ni comenten. Pero sigo haciendo poesía. Y publico por placer.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Beatriz Blanca, Irlanda_
Comentarios1
Los impuros son detestados porque nos muestran la parte oscura de nosotros mismos. Sigue buscando ese camino definitivo que te haga sentir feliz, plena y en calma.
Ahora es el momento de buscar con todas tus agallas ese destino que tú misma diseñas.
Fuerte poema y mucha rabia.
Un abrazo grande para mi nietita.
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