Siempre pensé
que tengo suerte
porque el aroma
de las flores
me recuerda
a mi padre.
Es un modo
muy bello
de presenciar
la ausencia.
Él se fue
hace tanto
y no sé
qué aromas
se llevó
a algún lado.
En cualquier bar
del mundo,
suelo preguntarme
si hablan los parroquianos
o sus bebidas.
Yo muchas veces
preferí que hablara
mi cerveza.
Es tan charlatana!
se ríe mucho
y hace chistes...
nunca le importa
la hora...
En suma,
es más divertida
que yo.
Y en aquel bar
aquella tarde
ella
-la mujer,
no la cerveza-
se pregunta
-aunque dice
que no le importa-
si habla la cerveza
o ese hombre.
Él dice que lleva
la memoria
en el olfato.
Su mente
recrea olores
y en sueños
cuando sueña
con ella
sueña en aromas.
Cuando sueña
con su madre
-que se despidió
hace mucho-
también
sueña
en aromas.
Por eso él
le pregunta
a ella
si de algún modo
está loco.
Ella
lo escucha fascinada
porque siempre tiene
algo extraordinario
que contarle.
Y mientras él
pide otra cerveza,
ella piensa
que en su casa
se vacía el frasco
de perfume.
- Autor: Mónica Laneri (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2018 a las 16:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Ross4, Jose Adolfo
Comentarios2
Excelente poema. Profundo, si supieras cuantas ideas pasaron por mi mente mientras leia... El amor y la vida son tan fugaces como el aroma de un perfume, así como el temor o la certeza de permanecer solo en la estela de un recuerdo...
Lo he disfrutado! Gracias por compartir.
Saluditos,
Ross
Gracias por tu comentario... me diste aún más que pensar...
en ella se atesoran las causas o motivos existenciales del hombre / en la memoria del olfato pervive la perpetuidad de los anhelos hasta el último suspiro / La poesía mantiene encendida sus llamas con metáforas inmortales / Gracias por tu poética
Gracias a vos por compartir...
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