No le conocía, no sabía quién era, de dónde venía. No sabía su nombre ni sus apellidos y su edad. Conocía nada de ella y le sedujo llevándole con ella a sus pasiones internas rebosantes de locura.
A la distancia ella le veía y le sonreía sin mediar palabra. Él también le veía pero desinteresado. Es una joven muy sociable, de cualidades muy notorias y difíciles de pasar por alto. De estatura no muy alta y tampoco muy baja. De complexión atlética y muy proyectada. Su cabello es ondulado, sus ojos no tan grandes color café claro; tiene un lunar muy cerca de ellos que le hace lucir espectacular. Sus labios a cada que le veía son rojos parecidos al rubí. Él nunca imaginó lo que estaba por venir.
Un domingo por la noche ella escribió y comentó en que deseaba morder su lengua juntamente con sus labios, y él quedó imaginando ese momento se recostó a dormir, sin creer que pronto de ser una ilusión, en verdad pasaría.
Pasaron dos días y sucedió. Un día martes llegando las 12:00 hrs. Del medio día, Él se dirijo a por la comida de la tarde y le miró. Ella no pudo evitar sonrojarse (claramente recordó lo que anteriormente había escrito y también él lo hizo), caminó muy cerca de ella no pudiendo evitar la idea que ya se había marcado en mente… rosar sus labios y estrujarle muy cerca. Vestía Jeans ajustado al cuerpo color negro, botas medio altas color café y una blusa color marrón; que le hacían lucir muy atractiva.
Desde verla hasta salir del lugar donde se chocaron, ella no detuvo su mirada y para ese momento tampoco él la suya. Minutos más tarde de salir, él escribió a su móvil:
El: -¿Por qué me veías de la manera en que lo hacías?
Ella: -Porque paso por mi mente lo que antes escribí y lo vi tan real.
El: -También lo imaginé.
Ella: -¿Quieres que sea solamente una imaginación? O ¿quieres que sea real?
El no tardó en preguntarse: ¿Qué hombre no quisiera eso?
El: -Quiero que sea real.
Ella: -Entonces en qué lugar nos encontramos.
¡Que locura!. Hallaron un lugar escondido de las personas cercanas. Dieron las 17:00 horas del día y ella llegó emocionada y nerviosa al lugar que acordaron, Él tembloroso de verla tan cerca y pensar en lo que podría pasar, quedo pasmado. Se vieron, rieron uno del otro; se alejaron por un momento y luego se encontraron y los besos desenfrenados surgieron. La pasión de aquella mujer inundó el lugar donde se hallaban escondidos.
Él le tomo de la cintura, la forzó muy cerca de sí y ambos perdieron el control. Ella besaba con tal desenfreno que le mordía los labios hasta desgarrarlos y Él no pudiendo contenerse, posó sus manos en sus caderas; le miró fijamente a los ojos y de nuevo desbordaron en pasión. Ambos estaban extasiados y locos que cayeron al piso, Él sobre ella, y continúo besándole, esta vez le besaba el cuello y le acariciaba el alma con las manos.
- Autor: Charlie (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de enero de 2018 a las 11:30
- Comentario del autor sobre el poema: ¿Alguna vez has conocido a alguien que a la primera impresión sabes que todo puede pasar? -Bueno en esta ocasión paso y fue sorprendente.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Leviatán, Vagabundo Universal
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