Déjame.

Déjame.

¡Déjame gritar tranquilo! Aunque sé que  así  no se apaciguara la sensación.

¡Déjame destruirlo todo! deja que me destruya a mí mismo.

¡Déjame incendiar todo! Para   que el fuego purgue hasta el último motivo…

¡Déjame, simplemente déjame!

Por un momento deja que me acerque a ti, simplemente déjame ser lo que quiero ser…

Deja que  mi cuerpo sea la niebla que te cubre,

Hasta que no percibas las siluetas de esta tierra.

Deja que mis manos se deslicen lentamente,

Y que tus senos me descubran melifluos atardeceres.

Deja que mis labios  te recorran la entrepierna,

Y haremos de nuestro cuerpo, las mismísimas estrellas.

Déjame, simplemente déjame…

Déjame olvidarte y por un momento volver a recordarte,

Deja que té ame, para después poder odiarte.

Deja que me oculte de la culpa y la zozobra,

Pero sobre todo deja mi recuerdo entre tu sombra.

Luego deja que me vaya…

Y veras como el viento me arrulla entre las sombras,

Y me lleva a la libertad, para que nunca más dejemos de volar…

Enero 2018, @Alejhongo.