Doy la bienvenida al redescubrimiento
de la mediocridad de mi núcleo.
Me siento y miro al lado
la decepción en su forma física:
Un conjunto de virtudes y frustraciones la conforman,
Pero un intelecto limitado la condena.
Destruye su imagen,
Posa de samaritana,
Construye peldaños de apariencias, fachada de sus defectos.
Esconde su aliento de amargura y soberbia,
Difumina con cortinas de humo
su poca capacidad de discernimiento.
Ante el mundo sonríe con dientes de certeza
Pero su desnudez,
enajenado por mi condescendencia,
Queda al descubierto tras opacar sus desmentidos designios.
- Tus palabras serán el motor de tu sufrimiento
Sin querer decir que espero, sufras
Porque el poder de mi virtud y mi fuerza
No tiene tiempo para deseos envenenados,
Sólo para conocer su propio camino
y desechar frutas podridas -
- Denuncié en tu cara tus agonías
Y despertaste tu incapacidad de aceptarlas
No tienes el don de sabiduría
Siquiera teniendo sobre ti canas -
El amor y el odio son tan hermanos como enemigos,
Pero más familia que conocidos;
Despertarás un día reconociendo
lo que has perdido,
lo que dejaste ir,
aquello que no apreciaste lo suficiente,
Y será en ese momento
cuando los rayos del sol
no reflejen tu sombra;
Cuando la lluvia ya no apague tu melancolía,
Cuando el viento ya no sople tus tristezas,
Cuando el fuego ya no queme tu ira,
Cuando el suelo ya no sienta tus pasos
y el mar no abrace tus buenos días.
Ese día, sólo ese día,
Despertarás con el vacío que hoy
rehaces en mi vida;
Y ya no estaré para abstraer de nuevo tus desnudez
que tanto escandaliza a tu tiranía.
Con amor:
Tu figura de orgullo,
que, con entusiasmo,
cambiar pretendías.
- Autor: Bastet Bast (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2018 a las 18:37
- Categoría: Carta
- Lecturas: 34
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