Déjate de mesura,
revuelve la sangre
que se escapa entre tus dedos,
mánchate con ella,
hazla pintura de guerra
siéntela tibia, circulando, espesa…
Cuando te vayas,
que tu huella sea imborrable
que aquella tierra que ha de caer
no oculte jamás tu perfil,
amable, entregado, sacrificado, luchador,
reliquia, en cada corazón que anidaste.
Seccionada de tu propio avance
transferida a otro espacio ya habitado
que nublando tu esplendor
te confinó a ser sombra
de otro reflejo.
Jamás se consumió tu espíritu,
nacido de la esencia pura de la madre tierra,
apadrinado por el mismo viento, indómito,
y mimado por el mar, impetuoso.
Principio y fin de una causa,
causa que en el tiempo se hereda,
herencia que se hace semilla,
semilla que acuña a tu casta. (A mi madre)
- Autor: Idoia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de enero de 2018 a las 20:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios2
Hermoso el poema, y tu madre seguro . Un placer leerlo.
Gracias Tximeleta... ciertamente mi madre es mil veces más hermosa de lo que el poema pueda esbozar. Un abrazo.
Me encantó!!
Todo eso y más... Cuánto amor.
Gracias Betty por leerme y por comentar. Un abrazo.
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