EL FRENESÍ DEL VENDAVAL

No tenemos nombre,

Menos aun definición,

No somos parte de ninguna religión,

Ni hemos sido ofrendados,

Con el don de la paciencia.

Rara vez tenemos una disyuntiva.

Y solo se nos da el pensamiento,

Extravagante.

Ceremonia que comprendo,

A la que rindo y recomiendo,

A la que me brindo,

Y me da este contento

Que pocos descifraran.

En mi ultima fase de dubitativa,

Superé la disyuntiva,

Y no elegí una vida normal.

Mi allegada, casi doble,

Opto por la misma rienda.

Ya que la extasiaba la complejidad.

Y un supuesto control,

Que ya no pudo encontrar.

No se nos da el sexo vano,

Se prefiere una unión mas fuerte.

No se nos da la estrategia.

Lo improvisto sin forma es un arte que perpleja.

No se nos da el asentamiento,

Nunca estancaremos en el mismo pueblo.

Nadie es profeta en sus propias tierras.

Ha de referirse a la simple idea,

De la confianza enceguecida,

Que borra la sabiduría,

Duerme al inconsciente colectivo,

Y acalla esas voces, sabes bien.

Esos convincentes comentarios.

Que te anticipan de lo planeado...

Caes en tu orden,

Caes en tu don,

Caes en tu rol,

Casi llegas a la meta,

Casi vas completa,

Solo salta esa barrera,

Esa, la de tu limitación.

Aquí te esperan,

Cuando las luces primeras,

Destierren a la noche,

Y sin mas reproche,

Todo se abre,

Todo se expande,

Todo se esclarece,

Nada te consterna,

Nada te aprisiona,

Nada te obsoleta.

Nadie puede contra,

Tu alma inquieta,

Y desde ahora

Hay un infinito,

Correlativo,

Imparcial,

Correspondido,

Que te comunica:

Que siempre has pertenecido,

A este mundo que es un lío.

Se te ha concedido,

El hilo que lo teje,

Mas no entrelaza si así no debe.

Y jugarás con su estructura,

Lo harás con abandono y finura.

Y el único que podrá ser tu guía,

Además de tu consciencia divina,

Será ese viento,

Que golpea en frenesí,

La puerta de salida...

JULIETA IALLORENZI

PATENTADO EN SADAIC Y DNDA

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