Uno.
Sencillo y entendible,
se cautiva pronto.
Presa fácil, destructible;
en las garras de la dulce niña
que parece ser sensible.
Dos.
Una injusticia por corromper amistades.
Si he llegado a ser odiado,
me he equivocado.
Por no haber visto lo que era,
ni experimentado en cabeza ajena.
Pero de diez millones en la tierra,
sea a él al que ataque:
Tres, ya son masacre.
- Autor: Louiser Nandes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2018 a las 06:13
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
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