AMARTE MUJER

“Aunque nos separen distancias inmensas,/ ese TE AMO que en mis versos lees,/ está más cerca de lo que piensas/ y es más real de lo que crees”.

Amarte así, sin cansancio, amarte sin pausas,
entregarme a ese amor sin importar las causas
que me llevaron a descubrir lo que ahora soy.
Amarte con generosidad, sin ningún egoísmo;
amarte con mi alma, hasta más que a mí mismo;
no darme tanto a mí como lo que siempre te doy.

Amarte a través de los días, los meses, los años,
agradecer que aunque lejos, no somos extraños
porque no olvides que pudimos no conocernos.
Sentir que ambos cada día guardamos los retratos
en el alma de un amor que nos parecía para ratos
y hoy está en el álbum de los recuerdos eternos.

Amarte en mi realidad y en todas mis fantasías,
gritar que eres el motivo de todas mis alegrías
y ¿por qué no? También de algunas tristezas...
Pues aunque lejos, estoy tan adicto a tu esencia,
que cuando a veces me castigas con tu ausencia
no me siento preparado para cosas como esas.

Amarte sin pedir permiso, amarte así, porque sí;
por ser un sentimiento que guardo dentro de mí
y que si no lo dejo salir en el pecho me estalla.
Es que cuando hablamos de que puedo sentirlo,
mi corazón se rebela y quiere liberarse y decirlo
porque si hablo de amarte a ti él jamás se calla.

Amarte con mis lágrimas o con una gran sonrisa,
decirles que te amo así a la luna, al sol, a la brisa;
a los árboles bajo cuya sombra hoy yo te recuerdo.
Amarte aun lejos pues en mi mente te encuentro,
que me guste estar en tu alma y una vez ahí dentro,
sentir que es tan inmensa que por eso me pierdo.

Amarte porque no hacerlo ya se me hace imposible,
aun siendo un amor tan real me parece tan increíble,
porque es realidad pura pero existe en mis sueños...
Y mira cómo cambió todo con el pasar de los días,
pudimos estar ahora los dos con las manos vacías
y sin embargo, del mundo hoy nos sentimos dueños.

Amarte sin límites, sin lógica, sin razonamientos;
porque está tu nombre allí en mis sentimientos
y ahí estará toda mi vida, hasta el día de mi muerte.
Amarte este hombre que se enfrentó a su destino
y desde aquel día en que te tuvo a ti en su camino,
vio cambiar de una vez y para siempre su suerte.

Amarte porque conjugar ese verbo es fascinante,
como un amigo, como hombre o como tu amante;
el mismo que a amarte más y más cada día aprende.
Con un amor de esos a los que el viento no se lleva,
que existe y no le interesa si el mundo lo aprueba
y tiene su idioma sin importar si el mundo lo entiende.

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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