Existe un momento en donde te aseguro ser yo, en donde entonces y solo entonces, ambos nos conocemos
Un pedacito de la tarde, en donde la sincronía de los todos los relojes te esperan y me esperan
Es el instante previo a sentir tus manos, es Dios abrazándome con tus brazos, es mi piel derritiéndose de encanto
Un intenso encanto, tal vez cómo el de la luna, así es, la luna.
La luna que es igual a tu córnea, tu vocecita calida, tus dedos como raíces tiernas, y tu llanto, que solo yo sé que no sabe a sal sino a miel.
- Autor: Jorge Enrique Briceño (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de enero de 2018 a las 22:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Ross4
Comentarios1
El espacio de los cuerpos para intercambiar emociones, excelente lugar. Excelente poema amigo.
Saluditos,
Ross
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