Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.
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Autor:
José Luis1 (
Offline)
- Publicado: 25 de enero de 2018 a las 05:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Jose Adolfo
Comentarios2
Amar es vover a ella sin más !!!
Usa usted un seudonimo parecido al mio,
Bienvenido,
y saludos.
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