Paso varias horas frente a la maquinaria.
Y esta tiene luces y botones,
y un ruido muy molesto.
Para defenderme de su aburrimiento,
pienso y alejo este mundo,
lo hago ajeno.
Y mi cuerpo se funde con la maquina.
Pero después de un tiempo me desprendo.
Y salgo.
Salgo sin esperar que la vida me de alguna buena sorpresa.
Me aburro, monótamente insano,
y me voy de compras.
Unos vinos, cigarros y nada que comer.
Y a la noche algo mas potente.
Algo que haga de mis mañanas las mas tristes de todas.
El día a día y algo mas, monotonía bien clara.
No incluye solo vicios, ni aburrimientos o tristezas.
Incluye también ganas de pelear y de que me rompan los huesos.
Que intenten que me de cuenta lo mortal que soy.
Así yo les muestro lo poco que me importa.
- Autor: Ezequiel Gonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de enero de 2018 a las 13:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Vagabundo Universal
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