Cuando hayas partido al eterno sueño
y ya no tenga tu tibia presencia
ni tu sonrisa, ni tu duro seño
y abrace fiel, por las noches tu ausencia
no sabré si nuestro amor fue pequeño
y si mi alma, al fin, a tu ángel renuncia
si el dolor se convierte en mi cruel dueño
o me pierdo en mi lúgubre conciencia.
Pero si soy yo quien parta primero
a la desintegración que es la muerte
en nuestros recuerdos vuelva a quererte
como los días de luz de febrero
junto a la paz, con el fuego y la brisa
desde el rubor de tu joven sonrisa.
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de enero de 2018 a las 15:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz, Vagabundo Universal
Comentarios2
Es un excelente soneto...! Muy bueno, me gustó. Saludos sonetista.
Gracias por el comentario Jared. Un gusto saber de usted. Un abrazo y feliz 2018.
El amor de ambos lo custodiará el Museo de los Arieles. Saludos, amigo.
Gracias por el comentario. Saludos
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