. Lloré
La vida había terminado para mi, nuestra historia ardía en mi corazón y tu ausencia me mataba y todavía no te marchabas. Sabía que no había hecho nada mal, y entendía que tenías que irte por qué no te había destrozado el corazón, irónicamente. Lloré, como un niño cuándo le quitan su chambrita favorita, me tiré al suelo y lloré hasta que me cansé. El tiempo corría tan rápido, que sentía que debía detenerme, mi vida pasaba tan velozmente que tuve miedo y saque mi navaja y corte mis muñecas, temblorosa y asustada de ver como con mi mano izquierda enterraba el filo y no me desangraba como era el plan. Y lloré por que no estaba cortando profundo hasta los tendones y dolia, dolia mucho cada que atravesaba una arteria u otra capa de piel, lloré y me sentí cobarde, frustrada pase la navaja sobre la herida abierta una vez más y nada, sólo un charco de sangre y se coágulaba rapido la misma sobre la herida. Sufrí un breve colapso emocional de nuevo, pensé ya con la cabeza tibia. Pero nunca me había sentido tan cerca a querer morir, nunca había tenido tanto miedo de no tener consciencia de este mundo y su luz o sus olores, tuve terror de no sentir debajo de mis nalgas el frio de la losa. El invierno me tenia tiritando y goteaban mis muñecas. Me pare ridículamente del suelo intentando no manchar más de lo que estaba ese espacio de mi departamento dónde lloré deseando que todo terminará y que como otras veces limpie con esmero y vergüenza por ser tan ilusa, inmadura y cobarde.
- Autor: Edith Azul (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de enero de 2018 a las 16:46
- Categoría: Carta
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: Joselin Guzman, Vagabundo Universal
Comentarios1
Hermosa
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