Voy ordenando esta vida en el crónico pedestal para las cosas rotas.
Una herida que arde: la permanente sujeción de lo imposible.
La triste impotencia del amor
Que no basta, no sutura, no libera,
Ni siquiera duele;
Ni siquiera puede pararse firmemente para saberse amor.
En hermandad con la decadencia, tantos cadáveres, tantas astillas;
He hecho un boquete a una puerta cerrada
Para escaparme de mis últimas consecuencias.
¿Adónde vas, barca vacía, atreviéndote a dejarme en tierra firme?
Si al menos esta desesperanza tuviera fuerza suficiente.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de enero de 2018 a las 19:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Vagabundo Universal
Comentarios3
¿Adónde vas, barca vacía, atreviéndote a dejarme en tierra firme?
Si al menos esta desesperanza tuviera fuerza suficiente.
Bueno
¡Gracias, don Toki!
La barca de caronte...en eso me hizo pensar tu poema.
Abrazos
Era parte de la idea original, jaja.
Muchas gracias por leer, Texi.
¡Abrazo!
A DÓNDE?...
Gracias por leer, Migreriana.
Abrazo y que empieces muy bien la semana.
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