Conversamos durante la madrugada
de un sábado senil.
Me hablás de tu piel curtida
por una infancia sombría,
de lo traumático que fue
el divorcio de tus padres
y el embarazo adolescente de tu hermana.
De las noches sin dormir
y los días sin comer.
Tu mandíbula está tan tensa
como las cuerdas de una guitarra.
Pestañeás tres veces porque tenés sueño,
pero te empeñás en seguir
llamando mi atención.
Me deslumbra la violencia de tu mirada,
tan pesada como mis manos
que descansan sobre tus muslos.
Sin embargo, no te beso.
- Autor: Caramelo de Ricina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de enero de 2018 a las 15:26
- Categoría: Amor
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo, Jareth Cruz
Comentarios1
... esta historia continuará... al final me dio ganas de seguir leyendo... enterándome la historia... un gusto pasar a leerte, lindas letras. Saludos,
¡Muchísimas gracias!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.