Ya iniciado en las caminatas inconclusas
Por ver cuerpos desplazándose en la cercanía
A la mía, mortales astros que al otro dejan
Inaprensibles huellas; perfumes
Diciendo: mi carne no es más que otra
Sabrosa fruta, rellena de angustia y amor
Sí, amor en la mirada de caza furtiva
Que encuentro a cada instante en las venas
Abiertas de esta ciudad maligna
Y que por temor rehuyo, temor
De haber encontrado algún amor
Verdadero, sintiéndome del acto, presa
Y aunque los suspiros no falten; abundan como los días
De amores efímeros y de corta vida, tiendo
A buscar lo desconocido en lo reconocido del otro
Tiendo, a desconocer al otro porque sí
Y a desconocerme a mí ¿Por qué no?
He aprendido a amar el roce
De una mano ajena traspasando
Objetos cotidianos, y la palabra azarosa
De un monosílabos contestado en algún paradero
Al que va perdido y aunque todos vamos así
Perdidos, más no derrotados, no todos queremos
Encontrarnos allí fuera
Y suelo dar los asientos más por costumbre que otra
Cosa, las mujeres suben primero al bus -siempre-
Tácita regla, ellas solas hacen valer sus derechos
Y a ratos una que otra mirada es violenta
De alguno que como yo no quiere nada del otro
Pero disfruta ya incluso un empujón o un insulto
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2018 a las 10:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Vagabundo Universal
Comentarios2
Tiendo a desconocer al otro por que si, y a desconocerme a mi por que no?? impecable escena de la vida cotidiana, de los solitarios transeúntes que vamos, andamos, metidos en burbujas de pequeñas alegrías o espanto.y el otro allí afeura, amontonado conmigo, tiene auriculares...... y yo tengo apuro..... Felicitaciones!! Cariños C
"Tiendo a desconocer al otro porque sí/ Y a desconocerme a mí ¿Por qué no?"
Chapeau. Mucha fuerza y muchísimo qué pensar en esas dos líneas, pero creo que me gustan aún más porque inmediatamente salta al
"He aprendido a amar el roce/ De una mano ajena traspasando/ Objetos cotidianos (...)"
Como si todo ese desconocimiento, ese distanciamiento agravado por la hipermodernidad, fuese un camino necesario para aprender a amar algo, a alguien, aunque sea fugazmente y en secreto. Muy bueno, mr Fuego. Es grato ver cómo sigue poniéndole palabras a la vida. Un abrazo desde este costado de la cordillera.
Amigo, que bueno leerte. he sido un mal vecino, ahora me pongo a leer lo último que has escrito. espero que te encuentres bien. un abrazo!
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