No eras el lobo acechando a tu víctima,
Ni yo la inocente y desprevenida niña.
No era en el bosque, donde te escondías,
Ni yo el personaje que peligros corría.
Tu con ganas de devorarme las carnes,
yo resistiéndome al deseo de dejarte.
Tu ahogabas mis miedos al besarme,
yo saciaba tu apetito al entregarme.
Entrelazaste en tus dedos mis cabellos,
Acariciaste mi piel con tu lengua de fuego.
Mi cuerpo encendiste, húmedo en deseo,
Ahogando mis gritos cuando te sentí dentro.
Tu piel, tu olor, tu sed... mis ganas de ser.
Tus manos, tu boca, tu lengua y el placer.
Tu cuerpo contra el mío, mis callados gemidos.
Tu sexo dentro mío, jugando a lo prohibido.
Y escuche mi nombre, cuando lo pronunciaste,
Retumba como eco en mi mente cada instante,
Fue clara y dulce tu voz, cuando me nombraste.
Y la escucho, y te busco, sin poder encontrarte.
No fuiste uno, ni las ganas de saciarme;
No fui esa, ni la putita, ni la nueva amante.
Dejaste huellas en mi piel que aún arden
En el infierno aquél, a donde me llevaste.
Fui tuya, entera me di, no importa si me crees;
Aún mi sangre fluye ardiendo bajo mi vientre,
Recordando cada instante que podía tenerte
Y hacerte un poco mío, aunque no lo sientes.
Mis ganas fluyen si te pienso, te pertenecen.
Mi cuerpo vibra si te sueño, tu lo enciendes.
Sé que estamos prohibidos, que no se debe;
Pero aún me siento tuya, aunque lo niegue.
Escrito 01.02.2018
- Autor: Intensa LORETTA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2018 a las 11:53
- Comentario del autor sobre el poema: Sale las palabras, lo que no puedo decir y grita mi alma.
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Miachael
Comentarios2
Ardiente!!👏👏
Gracias!!!
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