Recuerdo cuando caía la lluvia y yo paseaba por la ciudad,
las calles mojadas y vacías, el agua cayendo por los canalones.
La gente con paraguas, agachados, como si de esa manera no se mojaran.
Sentía mucha tristeza, la lluvia es triste, ya lo sabré yo, pero cuando el sol vuelve
a lucir en el cielo es como un soplo de alegría.
Veía a las niñas refugiadas en los portales, como si la lluvia les estropeara
los zapatos.
Las niñas listas no se mojan con la lluvia.
Ya queda poco, solo un par de calles más, el agua cubre mi cuerpo, empapado
como una esponja.
Por fin llego al calor del hogar, un momento de felicidad, alguien me espera
con una toalla para secarme.
Ahora me asomo a la ventana, veo llover, pero ya no están aquellas niñas,
Aunque veo gente paseando con paraguas, ya no es la misma gente.
La lluvia es la tristeza disfrazada de buenos y malos recuerdos,
la lluvia es la esperanza de que pronto volverá a brillar un nuevo sol,
un sol que alumbre este mundo tan oscuro.
Ojala lloviera todos los días.
Ojala todas las niñas se mojaran los zapatos.
Ojala fuera niño otra vez.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.