Cortar las flores del mar, cortar la cabeza
Por favor, cortarlas por mí que no puedo
Escribir siquiera la palabra mal que tanto
Adoro, culpable, la imagen efímera que persigo
Insensato como un niño, nunca dejar de ser
En el mal, otra flor más bella, otro joven
Otra estrella, otro campo, crecer decrecer
No apartarse de la senda (¿Por qué no
Solo quisiera?/ Seguir aquel bien decretado
Infértil, desierto, ser bueno al fin como en la muerte
Sí quizás morirme sin haberme muerto o lo mismo
Apagar cada posibilidad nueva, extinguirla
Antes de tiempo, la verdad es que no soy
Ni malo ni bueno, un neutro desvergonzado
Que pisa el césped por otra cosa que flojera
Un leerse en el riguroso Baudelaire tanto como
/En el vengativo Cardenal
No es bueno / ni malo, quizás
No es nada / transitar entre el vértigo
De ser o dejarlo todo, por ser al fin
Algo distinto y nuevo, no temo
El llamado de las voces que no llegan
Y respondo, no espero, escribo buscándolas
Y a veces soy malo y bueno, es como lo mismo
Eso es, lo discutible, relativo, como mi estancia
En mi cuerpo, en mi mundo, en mi lengua, en mi ojo duplicado
Quizás solo sean las cosas que dan por pensar en el baño
!Eso es todo!, me pongo los pantalones y me absuelvo
Como un prefecto romano, me retiro a leerme al sillón.
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 4 de febrero de 2018 a las 23:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
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