Fue la serendipia de aquel mediodía
Que sus mensajes llegaban mi vida;
Sorpresivo y oportuno, con insolencia,
Entre bromas y verdades mi dicha sería.
En ese octubre soleado y olvidado
Iniciamos un juego casi inesperado.
Quizás fue casual o predestinado
Aceptar el riego de encontrarnos.
Divertidos como adolescentes iniciados
Queriendo sentir lo que creímos olvidado.
Las charlas y risas, y esas miradas bastaron
Para sentirnos de los miedos despojados.
Nos dimos tiempos por temor a enredarnos
Era adrenalina, deseo y pasión; no pensamos.
Solo imaginar nuestros cuerpos apretados
Entre besos y caricias, sólo quisimos dejarnos.
Me desprendió de todo, de mi ropa y mi ser,
entre sus brazos me sentí segura y bien.
Sus besos fueron veneno con sabor a miel,
Y en el calor de su cuerpo me fundí con él.
Fue un accidente afortunado conocerlo,
Se convirtió en mi oscuro secreto.
Tenerlo es anhelar un presente incierto
Donde me fundo con piel en ardiente deseo.
Compuesto 29.01.2018
- Autor: Intensa LORETTA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2018 a las 01:41
- Categoría: Amor
- Lecturas: 85
- Usuarios favoritos de este poema: EduardoJavier, Untergehen
Comentarios1
Gran casualidad
el encontrarte flechada,
al parecer una banalidad
que se volvió gratificada.
Los tiempos vuelan sin reposo
contagian los ojos sus miradas
y sin querer el alma en su acoso van convirtiéndose en llamaradas.
Un saludo sin candil.
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