A través del fuego
nacemos de nuevo
impuros y desdichados,
nuestros caminos se entrelazaron.
Fortuito destino para mi ventura,
¡Amargamente tuyo!
¡Amadamente mía!
Llueve en tu sendero de rosas,
llueve y se empañan mis cristales
¡Tú!, clavel de mil olores
Detén esta tempestad
que tus lágrimas silenciosas
aumentan mi pesar.
Sin embargo, aquí te encuentras vida mía
Yaciendo en mis poesías
Como tus rosas liricas de fantasía.
Comentarios3
Dificil de entender como tu dices
Será que a muchos, por no decir casi todos, nos cuesta entender la verdadera razón del sentido de nuestra vidas y la presencia del orden y una norma representada en Dios. Será que falta ser valientes para ser cada día mejor persona.
Es un placer leerte estimada amiga.
Saludos cordiales a la distancia.
Muy buen argumento, es correcto.
Autosanador tu soliloquio, hermoso!
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