Cómo podré decirte, bienamada,
que el reloj de tus besos ya no junta
las horas en mi boca y duele a tiempos...
Amor mío, en tu voz hay una Hespéride
aletargada en luz, cristal cuajado
en sueños que jamás se romperá.
Cómo podré decirte, bienamada,
que de la muerte a veces fui lacayo,
y en sus plácidas faldas me dormía.
Fui hereje del amor, corsario a veces.
Y tuve una batalla...fuimos ambos,
blandimos las espadas por tus ojos.
Traspasaste mi corazón con el
filo de tu hoja, vencedora fuiste.
De la castidad de tus altos olmos
caí, bebí tus vinos fermentados
una noche de mayo en aguacero.
Cómo podré decirte, amada, que
los huertos de tus manos fueron muy
fértiles, mansas aves te surcaban
en los cabellos, hiedras florecían
allí. De tu belleza tuve miedo.
Eras la última cuerda de la lira
de Orfeo, piedra indómita de Eurídice.
Y desde esa batalla, yo te espero...
Derechos reservados de autor
David John Morales Arriola
- Autor: John Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2018 a las 12:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Miachael, Marc Tellez Gonzalez, jaquemate, David Arthur, María C.
Comentarios3
gran batalla... con ese sutil toque de tu saber poético estimado Jhon... eres un genio.
......Cómo podré decirte, amada, que
los huertos de tus manos fueron muy fértiles, mansas aves te surcaban en los cabellos, hiedras florecían allí. De tu belleza tuve miedo............Bella poesía John.
Saludos,
David
Sigo leyendo una gran profundidad de sentimientos, bellamente plasmados, siempre.
Un saludo
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