¡Soñando Despierta!
Y cuando las sombras destruyen la gran claridad de luz que perduraba dentro de uno mismo, es cuando entonces, se pierde el rumbo del verdadero camino.
Nunca es tarde para decir basta, pero a veces es demasiado temprano para empezar a cometer errores.
Porque no es suficiente el llanto de mil personas para transmitir el dolor, porque solo basta el llanto a gritos de dolor de una sola persona para causar los estragos en la otra.
Esta es una historia común:
Sin decir una palabra, pero preguntándose a sí misma: porqué hoy no se ha colado por su ventana; simplemente callada se dirige hacia la obscuridad de la noche en busca de ella, llevando consigo un par de rosas para aquella que la ha acompañado en todas sus noches de desvelo, para aquella que ha velado sus noches mágicas, para aquella que la alumbra, que la inspira, que la hace querer despertar cada mañana para volver a esperar la noche y se muestre su figura en su ventana, ésta, aquella, La Luna; y con los ojos muy despiertos, caminando entre los árboles, buscándola, añorando verla de nuevo, se tropieza; unos ladrillos rojos impidiendo su avance hacia su amada luna hacen que caiga al suelo, saboreando, sus papilas, un poco de arcilla; entre sus dientes quedan trozos de pasto muerto y húmedo por el sereno de la madrugada; intenta levantarse con los brazos limpiando primero, sus rodillas, sus codos; sacudiendo todo el polvo de las palmas de sus manos y así escupir el sabor amargo entre sus labios, dientes y lengua.
En medio de la nada, prefiere continuar su camino. Se muestra debajo del único faro luminoso a pensar, a seguir cuestionándose sobre el dolor inmenso que siente dentro y no encuentra una posible explicación para todo esto. Sigue siendo alguien solitaria con pocas esperanzas.
-¿Alguna vez has sentido la necesidad de dormir esperando no despertar jamás? –Dijo exhaustiva. –Luna, quiero tu luz; luna, quiero ser tú. Luna, vuelve a mí, vuelve a llenar esos vacíos. –Imploraba, casi a gritos, ver de nuevo la luz de la luna.
Continuó caminando y de repente se encontró al pie de un árbol, lo notó solitario; se identificó con él, al ver que todo a su alrededor estaba sin vida, acabado, todo talado. Él, era el único sobreviviente; él entre tantos, ¿Por qué precisamente él? –Se preguntaba. -Se quedó admirándolo y se recostó en el tosco y rocoso gran tronco de aquél que sería, por esa noche, su acompañante en su desvelo. Comenzó a observar todo a su alrededor. Su cabeza giraba en torno a sus pensamientos. (Y es que, los sueños son el reflejo de tus pensamientos). Las nubes pudieron darle cabida a su grandiosa esperada amante, La Luna. Pudo notarla salir de entre las nubes y su corazón dejó de agitarse, pudo respirar calmadamente, supo que al fin podía dormir tranquila; cerró sus grandes ojos y se dedicó a soñar.
De pronto, un ruido estremecedor entre las nubes se escuchó; una gran tormenta se aproximaba. Los relámpagos, los truenos, el cielo cerrándose y tornándose más obscuro de lo común. Las nubes llorando; inició la lluvia.
Las gotas caían sobre su rostro, evitando poder abrir sus ojos, ella lo disfrutaba, realmente disfrutaba el sonido de las gotas sobre sí misma, con sus párpados caídos, escuchaba al viento susurrando sus espectaculares silbidos, escuchaba con exagerada atención el movimiento de las hojas de aquél árbol solitario, podía distinguir, aún con los ojos cerrados, el movimiento de las ramas de un lado a otro. Esa sensación magnífica que sólo podía sentir estando a solas consigo misma, en medio de la nada, con la lluvia, con la obscuridad, con el viento murmurando los secretos más íntimos de esa noche sin luna. Y entre tantos destellos de esos relámpagos, las nubes hicieron lo suyo; el alba luchando por sobresalir entre ellas, terminar la noche e iniciar el gran día con ese sol tan despampanante. Al notarse la claridad del pleno día, ella se encontraba recostada sobre el pasto verde a un lado de la casa más hermosa que se pudiera notar. Todo lo demás desapareció en centésimas de segundos. Se levantó deprisa, pudo columpiarse por un rato para sentir el viento en su regazo, se aproximó a respirar de cerca aquél olor a jazmín, a hierbabuena, a margaritas, en fin, quería inhalar esa esencia tan peculiar que sólo las flores son capaces de desprender en un amanecer tan romántico, tan único, tan especial, tan esperado después de una noche larga y un poco sufrida. Era tan enorme su satisfacción de encontrarse en aquella casa, de imaginar que tal vez podría dormir en ella, de regalarle a su amada Luna nuevos anocheceres. Siempre imaginando, soñando, pensando en darle lo mejor a ella.
Realmente sus pensamientos se reivindicaban a tornar su vida magníficamente, a querer conseguir aquello que tanto ha deseado por siempre, a obtenerlo sin ningún tropiezo;
-Veo claramente tu sabiduría, has alumbrado todo el espacio que estaba oscuro, le has dado colores a las cosas, le has dado luz a todo con tus plácidos destellos; pero, tu estadía en mis lugares son vanas. Mientras tú te encuentras alumbrando y dando color a todo, es decir, mientras algunas personas están despiertas; se notan claramente sus problemas, sus enojos, rencores, en fin, todo lo “malo” en ellas, y eso hace que tu día no sea tan maravilloso con tantas luces que reflejen los daños causantes entre las mismas personas. Es por esto que deseo tanto la llegada de mi Luna, de las noches, de lo obscuro; sólo puedo notar mis propios pensamientos. La noche es cuando algunas personas duermen, sueñan, imaginan verdaderamente lo que quieren, no lo que realizan durante tu claro y asombroso día. Es lo que tanto añoro, no ver a nadie discutir, no escuchar a los que se hacen sordos a todo, no sentir lo que no necesito sino necesitar sentir lo que quiero. La obscuridad de la noche, la luz de la luna menguante, de la luna llena, de la luna creciente, de la luna en todas sus fases me regala todo lo que deseo; esa luz me es suficiente para seguir soñando, durmiendo o, tal vez seguir despierta, soñando despierta-.
En seguida, un rayo del sol se ubica en medio de sus pupilas (como dándole una respuesta a su comentario anterior) y le hace correr una lágrima de sus ojos, éstas ruedan por sus mejillas, se ubican entre sus labios y le alcanzan a rozar parte del cuello; la sensación de algo tibio en su cuerpo le hacen agitarlo, como sintiendo un largo escalofrío, y puede notarse entre sus sábanas blancas, aún recostada sobre su cama, aún durmiendo, ó ¿Aún despierta?
-Ya no sé cuál es la realidad. Cuál es el mundo real.
-Ya no sé si duermo o me mantengo despierta.
-No estoy segura si vivo en mis sueños o sueño viviendo. No estoy segura si vivo soñando o sueño que vivo.
¡Fue Solo Un Sueño!
¿Fue Solo Un Sueño?
Gracias A Dios Por El Aroma De Mis Desvelos Stella Dagdug
- Autor: Flea (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de mayo de 2010 a las 01:39
- Comentario del autor sobre el poema: Solo espero le encuentren sentido que deseo darle. ya que sólo de una persona recibí unas críticas negativas. de las demás personas, sus críticas fueron positivas y constructivas! a lo mejor fueron celos no? jajaja.. espero les guste!! Gracias a Todos Por Leerme... besos y abrazos..
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Rosa del Desierto
Comentarios3
HERMOSO TU ESCRITO.
ME ENCANTÓ LEERTE.
MUY BUENO!!!
BESITOS=)
MUY HERMOSO TU POEMA AMIGA, ME AGRADO MUCHO, ESPERO TENGAS LINDO DIA JIJIJI BESOS Y ABRAZOS, NOS VEMOS!!!
KALITA
Un texto lleno de bellas ideas...
soñar despertar...
nose
pero tu escrito me ha gustado...
te invito a leer unos de mis escritos que llevan un temas similar a este que nos regalas...
un gusto enorme leerte...
abrazos profundos para ti
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