Mi mamá tenía razón cuando me dijo
que sólo bastaban semanas
o en el peor de los casos,
meses,
para darse cuenta que el tiempo
lo cambia a uno como la carne,
luego ósea
después de la muerte.
Ya perdí la vocación de pensarte
no sé cómo sucede,
pero uno se levanta de entre la oscuridad
y se encuentra con las manos
vacías
dolientes
Y el olvido y la tristeza
o la tristeza y el olvido,
le confeccionan a uno
el traje del desenamorado.
Poco a poco,
mientras se levanta de madrugada
uno se pregunta
quién fui, qué hice, para quién nací,
y cuando el traje por fin ya está listo,
da el beso desamparado.
La espera de la mujer definitiva
entonces se acaba.
Pero recuerdo nuevamente las palabras de mi madre,
ya no me importan
ya no me duelen
ella tenía razón,
pero yo
soy un hombre impaciente.
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Autor:
Juan A. Cisneros (
Offline) - Publicado: 12 de febrero de 2018 a las 16:16
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Daniela Mora
Offline)
Comentarios2
No se si tuve o solo tuve tiempo, o el tiempo me tuvo.
Poco a poco la monotonia, va dejando un vacio, donde surgen preguntas sin respuesta, a nuestras necesidades reales-
Y refugiarse entonces, en la resignacion, no es la mejor de las espectativas.-
La verdadera vida es mucho mas que eso, ten fe, sal a buscar otros incentivos, te dejo un cariñoso saludo.-
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