Admirables sus pies, de piel suave y tersa,
de lisura que evoca alabastro o jade,
de princesita oriental, de Scherezade,
de las mil y una noches de luna persa.
Primorosos se ven, hermosos, menudos,
de color tostado claro en el estío,
naturales o perlados de rocío,
por sandalias enmarcados o desnudos.
Su admirable pedestal son y orgullosos
deberán estar, pues llenan de armonía
y encanto el vaivén de sus pasos airosos.
Rendido al hechizo de esta maravilla,
que la octava de este mundo ser podría,
tentado me siento a inclinar la rodilla.
© Xabier Abando, 24/07/2017
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2018 a las 07:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok., Flor de otoño
Comentarios4
Hermosos versos para esos pies, dignos de admirar.
Me gusta leerte, poeta, sos original en tus temas.
Saludosy lindo fin de semana.!!!!
Se ha debido de perder mi anterior respuesta. La informática y mis lógicas limitaciones tecnológicas tienen estas consecuencias. Gracias, María, por tus comentarios. Es un honor y un placer que me leas y, a pesar de eso, te guste.
Saludos.
Xabier
La poesía no tiene límites, Xabier
Saludos
Pau
Los límites, si los tiene, son subjetivos, seguramente, y están en nosotros, Gracias, Pau, por tu comentario.
Saludos.
Xabier
Versos de cuentos.
Un abrazo Xavier
Cuentos orientales, vividos aquí y en presente. Gracias por visitar mis letras, Toki.
Saludos.
Xabier
Pero que mujer puede no ceder a tal piropo !! Ingenioso como siempre.
Seguro es un bellezón...
Lo es, amigo, lo es.
Lo es tanto, o más, que sus pies.
Muchas gracias y saludos.
Xabier
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