Cuatrocientas son las voces,
que en el interior me encuentro.
Cuatrocientas melodías.
Son cuatrocientas vivencias,
sembradas en mis recuerdos.
Nacidas del corazón.
A fuego en el pensamiento.
Cuatrocientas mariposas,
aletean en mis adentros.
Sembrando el Sol de penurias.
Y de claridad lo negro.
Cuatrocientas alegrías.
Y cuatrocientos desvelos.
Cientos de versos flotando,
como pájaros en celo.
Las ideas van y vienen.
Impenitentes viajeros.
Que afloran como luceros,
inundando el firmamento.
Vaivén de las olas locas,
en un mar de fundamentos.
Cuatrocientos.
Son cuatrocientos.
Zarpazos de la memoria.
Que se resiste a traerlos.
Que lucha con los temores.
Y va afrontando los miedos.
Tiembla la mano nerviosa,
sobre el blanco del cuaderno.
Y bailan desaforadas,
las letras que van saliendo.
Como una orquesta de ninfas,
bañándose entre los versos.
Donde a veces se sumergen.
Y otras, salen a flote,
con sus voces de soneto.
Cuatrocientos los poemas.
Y cada uno un fragmento,
de lo más puro que siento.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2
- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2018 a las 08:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: ADANS BECMAN
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