Doblados los gajos,
en la tarde oscura,
parece que sufre
y se inclina el durazno
con sus flores blancas.
Y en silencio gimen,
en tarde con lluvias,
los gajos curvados
en tanto se empapa
su mantilla blanca.
Y en su agobio alaba,
inclinado al barro
con sus gajos curvos,
que lo doble el agua
en sus flores blancas.
De mi libro “De cumbres y de abismos”. 2007 ISBN 978-987-9415-23-8
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 18 de febrero de 2018 a las 07:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Vagabundo Universal
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