He vuelto a soñar las fruslerías de la enramada, la sangre sacudida que se odia
Por no poder amarla; que se licua
Por fallar al transmutarla en pan. He regalado mi última esperanza
Para perderme por completo,
Generosamente negado a ver que he soltado lo que me arrancaban de las manos.
Inmutándome por existir dentro del viejo laberinto que, aunque crezca como el hambre,
Sé de memoria.
¿Acaso la prisión es de recuerdos?
Pudiendo escapar, sé que perpetrarlo nada cambiaría.
Afuera fusilan con indiferencia todo afecto que se rebele,
Sepultan todo requiebre del cemento donde se plante una semilla.
Más vale arremangarme la piel y secundarme en los sensatos consejos.
Y luego dar unas vueltas, resuelto a romper
Mis propios círculos haciéndolos;
Silente, con los ojos secos,
Porque no hay veredicto alguno que indulte este rechazo.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de febrero de 2018 a las 06:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
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