Los edificios mñas imponentes
se edificaron con el dinero
que trajeron los indianos
al regreso de aquellos continentes,
más de uno se hizo banquero
gracias al saqueo a dos manos.
Esto ocurre en Londres y en París
y no se salvan ni Roma ni Madrid.
Ni tampoco Nueva York, donde
el oro en sótanos se esconde,
cambia de manos, sin salir del círculo,
allí cada tiburón tiene su discípulo,
para asegurarse de por vida un privilegio,
y el panteón de más lujo del cementerio.
El hombre no aprende, ayer hermano del alma,
cuando eran los emigrantes necesarios,
sobraba dinero y reinaba la calma,
para los que antes eran hermanos proletarios,
ya solo enseñan el puño y cierran la palabra,
era revolucionarios ayer y hoy mandatarios.
Poco dura la alegría,
en la casa del obrero,
mora callada la hacendosa ruina.
Ya olvidamos algún feliz día,
en este silencio postrero,
reina la tristeza y se sufre la inquina.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 20 de febrero de 2018 a las 15:47
- Comentario del autor sobre el poema: Las mansiones de más lujo que se pueden ver sobre todo en el norte de España, fueron construidas por aquellos que regresaron de América enriquecidos, es cierto llevamos nuestra cultura allí, pero sacamos del Nuevo Mundo toda la riqueza que pudimos, claro está que ninguna potencia europea tuvo una conducta modélica para los nativos, yo a pesar de todo lo dicho, viví en América 5 años y me sentí como en casa.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 68
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Comentarios2
América es muy diversa pobre y rica pacífica y violenta. Tuve la suerte de vivir en la llamada fábrica de sueños, que a veces pueden ser de pesadillas, saludos
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