Como quiérase que los días
se suceden con las horas...
en un vertiginoso y audaz secreto
depurado por su espera,
de tu labio herido y seco
a veces se diluye tácito
el invierno desasosegado...
por la estrella diamantina
del recuerdo,
Oh amada mía...
dónde quedó tu aliento,
en la voz desencadenada
de su herida...
quizá quebrada y seca,
en los altozanos apenas descuidados
por su espíritu...
allá donde las barrancas de mis días
a veces se desgastan tenues
de sus mirtos blancos,
entre ausencias declaradas
de cruel antipatía...
entre paraísos inconexos
y desbocados por su ira,
en la gracia...
desaconsejada
de su beso.
- Autor: pani ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2018 a las 19:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
Comentarios1
El tiempo, su desgaste y mutación de lo bello.
Un saludo.
Esteban
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