Un día,
yacía él,
entre su cascada
de recuerdos de plata.
Yo lo saludé,
él apenas me miraba,
pues sentía un gran dolor
en el alma.
El sol,
siempre iluminaba,
pero su rostro
poco a poco marchaba.
En Agosto,
yo ignoraba
que la muerte
a su lado cantaba.
Lo saludaba
sin saber bien
del futuro
que aguardaba.
En Septiembre -un día seis-
la sonrisa se le apagaba,
el cielo azul contaminaba
y la angustia pasaba.
Y las pequeñas sonrisas
que me quedaban
se las lancé a una tumba -que bien muerta se alzaba-
en la madrugada.
La hipocresía
vestía de ignorancia,
las lágrimas vacías
y el mal respiro en la estancia.
Los recuerdos,
quedaron más vivos,
y el alma del alma
tranquila se hubo ido.
De poder respirar
la paz de estío.
Mas los presentes
rezaban en su sitio.
(Por si dios lo trajera vivo)
Y como unos versos que Lorca escribió, recordaba:
"Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llanto
de la guitarra."
-AMS-
(Poema sencillo de cómo percibí la muerte de mi abuelo) (Punto de vista desde una adolescente de 16 años)
- Autor: Abril Lorca Cernuda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2018 a las 16:16
- Comentario del autor sobre el poema: Lo he hecho hoy. Soy una poeta en prácticas y mi estilo es el surrealismo, pero me gustaría llegar a ser como Lorca (que tiene una mezcla de todos los estilos) y he creado este sencillo, porque así lo sentí. Muchos sabéis que tengo dieciséis años, en ese entonces aún tenía quince, así que el mismo día que él murió hice un microrrelato (por ese entonces ya escribía poemas, pero no tan desarrollado ni tan seguido como ahora). Este poema refleja que soy atea (aunque realmente vengo de una familia religiosa y, de hecho, no puedo decir que soy cien por cien atea porque no sé nada, como dijo un filósofo). Respeto siempre, respeto a todos. Refleja también que cuando uno muere, es entonces cuando se llora y se hacen grandes cosas, como salir de la zona de confort. Me refiero a que después de una muerte, todos lloran, inclusive sus enemigos. Después viene la situación política de pagar por una tumba cada cierto tiempo (una tumba cuyo cadáver yace dentro muerto y no hay nada más que polvo y huesos), las herencias (relacionado con un dinero y egoísmo) y la hipocresía de que no valoraste el tiempo con esa persona hasta que se va. La cuestión es que acaba en el olvido y nunca se valora desde el alma... En fin, son sólo reflexiones que pienso. Llamadme ignorante, llamadme roca dura, pero me dará igual. Es como yo veo las cosas, aún tengo muchísimo que crecer... En fin, que todo está bien hecho, pero desde el respeto mutuo y el amor.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: Ágora
Comentarios1
Todas las sensibilidades las respeto, si lanzas tus sueños más profundo al tapete estos tomarán vida.
Saludos
¿Podrías explicármelo de nuevo, por favor? Creo que lo he entendido, pero no lo sé segura...gracias, señor.
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