Ambos sabíamos que nuestro encuentro
había sido una odisea del universo
poner en línea recta a un millón de variables
(quizá más)
no es como exfoliar a un trébol.
Tu cuerpo recibió mis caricias
haciendo de mís manos
un manual de ensamblaje
que articulaba a los engranes
de tu vibrar.
Ambos presentimos que quizá
no habría un después
por ello
le otorgamos la libertad
a nuestros deseos más invisibles
para que cosecharán al trigo
que no sabe de arrepentimiento.
Una centena de minutos
para la eternidad no es nada
pero para nosotros
fue
la
eternidad.
- Autor: Astronauta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2018 a las 00:24
- Comentario del autor sobre el poema: La historia se escribe, el destino conjuga almas.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
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