Las cosas que no te dije.

Tengo la certeza de que jamás escuchaste de mis labios que me encantabas, que tenías los ojos y la sonrisa más guapa que yo haya podido elegir. No tienes idea de cómo me gustaba como te peinabas, como caminabas y sobretodo cómo amaba  tu manera tan natural de estar sentado hablando de algo insignificante pero que se volvía interesante sólo por el tono de tu voz. 

Nunca pude decirte que me gustaba quererte bonito y ser fiel a mis sentimientos por ti, siempre quise darte un beso en la frente y un abrazo por la espalda que te hiciera sentir como un niño protegido por mí. 

Tenía lista nuestra primera cita elegante, donde te dedicaría la canción que te compuse, líneas construidas con un amor que me hacia acelerar el corazón y desbordar la razón; preparé el plano perfecto para nuestra foto perfecta, elegí tu comida favorita y pedí una mesa para dos cerca de la ventana para que pudiéramos ver el atardecer juntos; iba a vestirme con tu color favorito y a usar tacones para la ocasión, y por último te declararía con todos los aliados del amor que yo no quería perderte, porque eras mi luz y que yo no veía a nadie más, que eras tú, sólo tú, la persona que quería tener a mi lado.

Pero no se pudo y La vida es ordenada, devuelve todo a su sitio, en este caso, al olvido.