Sobre el tejado observaba el firmamento
con miríadas de estrellas diminutas,
destellos tenues de luz, brillante argento,
pretendiendo iluminar la noche oscura,
escasa de claridad, falta de luna.
Pese a haber tantas estrellas en el cielo,
de una extraña soledad quizás, a alguna
parecióme ver llorar con desconsuelo.
Las estrellas es posible que se sientan
más bien solas, entre tantas semejantes;
hay personas que, como ellas, aparentan
ser muy próximas con otras, solidarias,
y en su fuero interno, empero, se lamentan
de sentirse en lejanía y solitarias.
© Xabier Abando 17/07/2017
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2018 a las 06:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Joselin Guzman, Maria Hodunok.
Comentarios2
El alma circula por calles desconocidas.
Un afectuoso abrazo xabier
Muchas gracias Tokki, por leerme y comentar.
Un abrazo,
Xabier
Que verdad en tus letras, poeta.
Grande tu mensaje.
Cariños mil.!!!!
Muchas gracias, amiga María, por tu tiempo, por tu visita y tu comentario, elogioso como siempre.
Un abrazo cordial.
Xabier
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