Hoy, quisiera escribirte, con las palabras justas
con la gracia del buen decir
con el corazón y la razón
con mis manos cálidas.
Mis ojos viéndote de frente
tu cuerpo palpitante, junto al mío.
pero este papel, maldito, sin tiempo
blanco, profundamente blanco
enceguece, como la nieve al sol
y la mente se esfuerza por caminar
los senderos de la palabra
pero hoy, apenas se arrastra.
Como puedo yo llegar, a vos
si estoy, aquí varado
en este desesperante, papel blanco.
puedo mandarte mensajes
puedo enviar palomas
puedo gritar
pero qué puedo hacer
si el papel, sigue en blanco.
Amada de ideales lejanos
cómo puedo enviarte mis manos
y como aves generosas
en tu cuerpo posarlas.
En qué vientos debo
yo soltar mis besos
hechos nubes
para que lluevan
lentamente, sobre tu piel.
Que puedo hacer
con este maldito papel
tan blanco como la nieve
tan estéril de palabras…
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Autor:
Esteban Couceyro (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 25 de febrero de 2018 a las 10:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Jose Adolfo, Joselin Guzman, El Hombre de la Rosa, Ӈιρριε Ʋყє ☮
Offline)
Comentarios4
que bonito eh inspirador
Tu sensibilidad, lo ha adoptado..., esa es la maravilla de escribir.
Un abrazo.
Esteban
en alguna parte de la gran biblioteca de babel encontraremos la respuesta prolija de palabras - aunque el blanco de la hoja - lo amarillo del tiempo - lo haga inmortal Esteban
Es así José Adolfo, hay veces que las palabras se anulan ante la inmensidad de la nada.
Hay que esperar que la nada escampe y esas palabras enamoradas surgirán como el sol al amanecer.
Un abrazo.
Esteban
Yo por lo menos no escribo nada sino existen ideas previamente que estén osando por salir.
Bien cada cual, se plantea según le venga.
Un saludo estimado.
Cada cual es como es, sobre todo en la mesa... Hay una anecdota, de Napoleón, que aseguraba que prefería los cerdos arriba de la mesa, que por debajo.
Un abrazo.
Esteban
Un generoso y lindo poema de amor estimado poeta y amigo Esteban
Un placer pasar por tus versos
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
El placer es mío, querido amigo.
Un abrazo.
Esteban
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