Frente a tus profundos ojos entrecerrados
entiendo mi mirada cautiva a tu rostro.
Y tus brazos arrullando mi débil cuerpo
susurran a mi pecho tus ruidos rotundos.
Con mis palmas acaricio tu piel tersa,
sintiendo cuán vulnerable te encuentras así.
Temo siempre llegar al amanecer
y entender cada cauce de tu trajín.
Y siempre pienso al mirarte dormida
en el denso dolor que se materializa en mí.
Y recuerdo siempre que esperaste un romero;
no, tú nunca fuiste de realidades... sino de sueños.
- Autor: José Esparza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de febrero de 2018 a las 01:28
- Categoría: Triste
- Lecturas: 52
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