Pareciese que nuestras mentes se hablan;
O como si hubiesen desarrollado,
A través de la dicha de recordar,
El querernos.
Nuestros latidos se sincronizarón,
Aquella vez,
Cuando coincidimos nuestro mirar.
Que los mares, cielos y vidas,
Que nos antecedieron a este punto,
Fueron el preludio,
De una historia continua.
Y que escribirte en clases,
Sonaría a un hecho adrenérgico,
Que implica surfear riesgos,
¡Y he ahí!
Otra forma en la que puedo querer.
- Autor: Pablo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2018 a las 16:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 86
Comentarios1
Sin duda alguna existe esa sincronía, me gusta llamarle un vínculo invisible que rodea a quienes se piensan. Buen poema, saludos.
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