Tus labios ya no me aprisionan,
ni tus memorias me avasallan.
Es triste soportar,
oh nena, es triste soportar,
mis ojos ya no te admiran más,
mis labios ya no te quieren desear.
Qué le has hecho a mi sentido del amor,
que hoy es liviano y triste.
Oh nena,
qué le hiciste, qué le hiciste
que ya no te ama más...
Triste es soportar, soportar es triste, y ahora me toca aguantar
el largo camino del olvido,
sólo me queda esperar
a que mi recuerdo en ti muera.
Cómo te has sacudido mis ganas,
cómo has engañado mis verdades,
cómo has roto un corazón roto
¿Han de estar completos tus caprichos ya?
Por favor, no sigas,
no sigas corrompiendo la poca calma que nos ha sobrado.
Te juro que no fui yo
nunca habría tenido el coraje de arruinar nuestro momento de destino,
pero tú,
estabas destinada a hacerlo.
Fuiste la tormenta
y la desolación es la calma,
fuiste el mal recuerdo,
y la melancolía es el golpe en la cabeza para olvidar.
Vete, huye, aléjate de una vez,
ya no dueles,
ya no atormentas,
ya he aceptado
que ya no aportas paz en mi vida.
- Autor: Os (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2018 a las 20:26
- Comentario del autor sobre el poema: Después de la desolación, melancolía y dolor, llega la paz para cada adolorida alma. La clave es aceptar el dolor, aceptar la pérdida, aceptar la partida...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: angeldelanoche
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