A veces me encontraba estallando en llanto, se me nublaban los ojos y anudaba la garganta. Desesperadamente buscaba motivos que justifiquen tales desbordes. Pareciera que explicar las cosas las vuelve más livianas.
Pero esa tarde de nubes violetas me sorprendí a mí misma sonriendo. De esas risas que invaden la cara, toda, que dejan asomarse los dientes (de arriba y de abajo), que te achinan los ojos y desacomodan la mandíbula.
El cielo acongojaba sus lágrimas, para derramarlas minutos después.
Pensé en la felicidad, en el amor y en la muerte.
Y entonces llegaron esos "minutos después", me dejé penetrar por las tantas gotas frías que ya, lejos de ser contenidas, se dejaban caer con total libertad.
Pensé también, que a veces insistir en darle sentido a las vida, nos impide realmente sentirla.
- Autor: Antonela Chiussi ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2018 a las 09:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
Comentarios1
Bellas palabras escritas con mucho amor a sido un gusto leerte antonela saludos desde Madrid.
gracias!! abrazo!
De nada antonela, gracias a ti por compartir ese bello poema con todos nosotros un abrazo.
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