Escribo en el cuerpo tendido sobre la mesa,
desnudo y mortecino
de un pedazo de luna rasgada.
Y el caos y el miedo
se pierden explorando en ella.
Vagando en su piel agrietada,
escuchando conversaciones ajenas.
Y alcanzo a sentir un pedacito adorado
De mi añorada rutina.
Y una jarra de hidromiel indolora,
en esta tarde perdida.
Dejo la mirada ausente,
Suspendida en el vaivén del viento.
Y un súbito soplo, desde la puerta,
La hace regresar
Silbando un horizonte conquistado.
Me la devuelve cargada
De afiladas verdades de acero aquietado
Que envisten mi mente dormida.
Y entiendo que la vida ama y protege
a los que albergan coraje
para superar el miedo en la lucha,
la vida solo acoge en sus brazos
a los ganadores.
Y solo mece en su regazo
a los derrotados
en el fragor de su batalla.
Pero los fracasados
que no hallaron valor para combatir,
no hay lugar, no hay llanto.
Templo pues mi espíritu,
entre gritos guerreros,
entre destellos dorados.
Camino por luminosas sendas verdes
que a lo largo de mi esperanza se trazan.
Hoy,
por fin,
me colgué la runa protectora
que entregaste en caminos perdidos.
Y me yergo como vencedora guerrera
de esta bélica hazaña,
levantando el martillo de Thor,
en el estruendo final de la batalla.
AUTORA - MERCHE MONROY FERNÁNDEZ
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2018 a las 04:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
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