El apego, procede de la necesidad humana, de hallar asideros
en un mundo siempre cambiante. Esto hace, que nos aferremos
a personas y cosas, de manera a menudo enfermiza.
Hay quien acumula en su casa montañas de recuerdos, ropas
revistas, libros, fotografías y otros objetos que no necesita, que
no se atreve a tirar, porque les otorga algún tipo de significado;
como si al perder esos referentes, pudiera borrar una buena parte
de la propia experiencia.Se trata de una clara confusión entre el
tener y el ser.
Este tipo de actitudes, niegan un hecho esencial: que la vida
no es una roca sólida, sino un magma en constante formación
donde no hay nada definitivo.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2018 a las 04:49
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 19
Comentarios3
Buenos días "emilodom", me encanta este tema. Confieso mi pavor a ese mundo cambiante, y tienes razón, esos apegos son asideros a los que agarrarnos para mantenernos a flote en este magma que es la vida. Sin ellos, casi con toda probabilidad, nos vemos abocados a hundirnos. Pienso que los que flotan aparentemente solos, son lideres o grandes personalidades. Pero inclusive ellos necesitan de sus asideros.
Tu reflexión, siempre hizo reflexionar. Cordiales saludos.
Hola M.G.Ratia. Considero tu comentario muy acertado, no puedo decir otra cosa en ese sentido, salvo que realmente es así en términos generales.
Un saludo cordial.
Desde "El apego.......(hasta).............nada definitivo. Te lo compro. ¡Me gusta!.
Saludos
Soltar, dejar ir , no aferrarse a nada, solo en la mente guardar los recuerdos. Confieso que en mi trabajo acumulo muchas cosas pero no tienen un valor significativo, solo la vida tiene valor y es demasiado corta . Un abrazo Emilio, es un verdadero placer encontrarse con estos mensajes
Hola Mirellia. Bueno ese término de acumular situaciones, entiendo que nos puede beneficiar de algún modo llegado su momento oportuno, lo que debemos hacer, es seleccionar lo que nos puede interesar realmente.
Me alegro que así sea. Un saludo cordial.
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