Entre puntadas...
como hace la propia vida,
tus dedos nerviosos y juguetones,
dan vida a una tela.
Y yo desde el fondo,
sigo con la mirada,
esas manos hechiceras,
como un gato persiguiendo,
el hilo de una madeja.
Y te das cuenta que te miro...
... y apenas sin levantar la cabeza,
me regalas tu sonrisa,
sin cesar para nada,
el requiebro de unos dedos,
de unos dedos sin dedal,
como las buenas,
que dicen que las buenas costureras,
sin dedal dan puntadas.
Y tú, cuando te das cuenta...
que desde mi rincón me embeleso,
como un gato a una madeja...
me sonríes sin perder el ritmo,
y te levantas y miras,
esa tela de araña,
de un mapa de patrones,
con millones de rayas.
Vuelves a tu mar de telas,
apoyándolo sobre tus piernas,
entre una maraña de paño e hilo,
asoman las rodillas más bonitas.
Yo desde mi rincón te miro,
te miro y requetemiro,
que se muy bien, que tú...
...tú éres costurera,
y yo, solo un gato,
que te mira y se embelesa.
a.rodríguez.
- Autor: Antonio Rodriguez Bazaga ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2018 a las 06:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Pitufopoeta, Jorge Horacio Richino, Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios2
Un ronroneo de poema
Saludos amigo
Buenos días amigo Tokki, gracias por pasar a leerlo. Saludos cordiales.
Retrataste de forma hermosa la cotidianidad de una pareja.
DTB
Encantado Maria Isabel, por ver así mi humilde poema.
Saludos,
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