Quizás era un lunes o quizás era un sábado, no me acuerdo si fue otoño o si fue primavera, solo recuerdo que había unos rayos de sol que calentaba mi cuerpo, no recuerdo si fue ahí justo en ese preciso momento que sabía que sería lo más maravilloso que vería en mi vida.
Pero si me acuerdo de esa sonrisa, de una de las sonrisas más lindas que vería en mi vida, una sonrisa que mostraba nerviosismo, una sonrisa que mostraba que no había mucha calma.
Me acuerdo que nos sentamos en un hermoso parque verde que pudimos encontrar, un par de charlas y un silencio, el silencio menos incomodó en el que participe toda mi vida, mire sus ojos color avellana, pero con el tiempo descubrí que en el sol se veían claros y en el anochecer oscuros, con el tiempo descubrí que esa sonrisa venía acompañada de una trayectoria de días malos, descubrí que ese silencio que para mi no fue incomodo, para él fue el más incómodo de todos, haciendo cálculos descubrí que no fue en otoño ni en primavera, que fue en invierno, donde ese encuentro fue el mejor de todos los encuentros y descubrí que era verdad que fue lo más maravilloso que vi en mi vida.
Hasta el día de hoy mis días se siguen iluminando con su belleza, mi cuerpo sigue temblando cuando lo ve caminar junto a mi, mis manos siguen sudando cuando sabe que debe acariciar las suyas y mi corazón sigue enamorado, hasta la eternidad
- Autor: Denise Arredondo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2018 a las 07:19
- Categoría: Amor
- Lecturas: 97
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